Por MELITÓN GONZÁLEZ. Publicado en Blanco y Negro, revista ilustrada ; Año XXV, numero 1273 (Octubre 10, 1915)
CANTA UN BATURRO
Yo soy d’aquellos baturros
de mil ochocientos ocho:
si la España viene á menos,
es porque m’hi quedao solo.
No canto á la Pilarica
ni tampoco á Zaragoza;
lo que a! corazón s’agarra
no pué salir por la boca.
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Con mí no pué dengún puro
anque me salga mu malo,
porque lo hirvo en un puchero
y endispués me bebo el caldo.
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Las mujeres á los hombres
hacen perder la cabeza;
por eso la llevo atada
con mi pañuelo de seda.
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Me tié sin cudiao lo c’hagan
los toreros en el ruedo,
que yo voy por ver lo c’hacen
los toros con los toreros.
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Desas cosas de la moda,
lo que á mí me da más rabia
es que llamen color tango
al color de calabaza.
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Pa funerales y entierros
to Dios viene á convídame;
pa bodas y pa bautizos,
de mí no s’acuerda naide.
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Cuánto me gustan las mozas
con la saya blanca ú negra,v
verde, azul ó colorada
ú otro color cualisquiera.
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Los abogaos son pájaros
porque tien pluma y tien pico
y, lo mesmo que gurriones,
se tiran donde ven trigo.
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No hi visto tener más humos
que los perros en su puerta,
los gallos en sus corrales
y las viejas en la ilesia.
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Un hermano es el medíco,
el otro entierra defuntos,
otro hermano tié botica
y s’ayudan que es un gusto.
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Deputao que te promete
lo que l’hace falta al pueblo,
en cuanti le das el voto,
si t’hi visto, no m’acuerdo.
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