martes, 24 de junio de 2025

El encargo de un teniente de la guarnición de Madrid a su soldado asistente, por Melitón González

 


Un ASISTENTE era un soldado empleado en el servicio doméstico de los oficiales, para su asistencia particular.



- Vas a la calle del Pez, entrando a mano izquierda, una casa pintada de azul claro que tiene un farol de colores en la puerta. No sé en qué piso vive un señor … un tal … no recuerdo el apellido, pero es asturiano y ha venido hace pocos días de Filipinas. Tú preguntas por allí. Le entregas esta tarjeta, y el te dará una carta que llevarás a la calle de Argensola, número siete triplicado, principal, puerta del centro; allí preguntas por doña Enriqueta Pacotilla y le entregas la carta; doña Enriqueta te dará una llave con la que irás a casa, y abres una cajita de nogal que tengo en la maleta; dentro encontrarás una libranza de giro mutuo, que irás a cobrar enseguida. Con las cincuenta pesetas que te darán va a casa del sastre que vive en Puerta de Moros, una tienda que tiene unos soldados pintados en las puertas, le das cuatro duros a cuenta y recoges el recibo; luego vas al Teatro Lara y compras dos butacas de la fila sexta impares para la tercera función de esta noche. Compras luego una vara de nardos, y con una tarjeta mía la llevas a la señorita Felisa… ya sabes … y le dices que no puedo ir hoy por estar de media guardia. Te pasarás por la zapatería a ver si están ya las botas. En la calle de Sevilla compras un frasco de opoponax, media docena de cuellos del treinta y ocho, y llevas a componer el espadín, que se la ha caído la contera. A la patrona le dices que esta noche iré a comer una hora más temprano. Te llegas a casa del teniente Cosea y le preguntas si estarán para mañana los estados numéricos trimestrales que hay que enviar al subinspector, y cuanto hayas terminado me buscas para darme contestación. Y sabes que estaré en Forno, en el cuartel de la Montaña o en el Hipódromo; y como te equivoques en algo de lo que te encargo, te pego una patada que te reviento.